Este capítulo ha encontrado ganancias en eficiencias que, sumadas, llegan a más de 1 por ciento del PIB.
Infraestructura pública: malgastar menos para construir más
(Capítulo 5)
El estado ruinoso de la infraestructura en América Latina y el Caribe es bien conocido. Desde caminos plagados de pozos y puentes deteriorados hasta aeropuertos y puertos marítimos por debajo de los estándares de calidad, la infraestructura inadecuada menoscaba el crecimiento de la región y la calidad de vida de sus ciudadanos. Si bien el ladrillo y el cemento por sí solos no pueden asegurar el crecimiento y la prosperidad, sin servicios de infraestructura aceptable es difícil que un país pueda competir en el mundo moderno.
¿A qué se debe la calidad tan inferior de la infraestructura en la región? Para empezar, los países de América Latina y el Caribe no invierten lo suficiente en infraestructura. Entre 1992 y 2015 la inversión pública y privada en infraestructura en América Latina y el Caribe alcanzó un promedio de 2,75%
del producto interno bruto (PIB), y entre 2008 y 2015 el promedio ascendió al 3,8%. Este nivel de gasto es bajo en comparación con, por ejemplo, China (8,5%) Japón e India (5%), y del promedio de los países desarrollados (4%) (BID, 2016). Además, las cifras de inversión actual han alcanzado niveles incluso inferiores a las de los años ochenta. Para zanjar la brecha de infraestructura, la región tendría que invertir alrededor del 5% de su PIB a lo largo de los próximos 20 a 30 años, lo que equivale a unos US$100.000 millones adicionales al año. Leer más.